
Sólo el principio ya no nos puede dejar indiferente: el teléfono suena, un armario se abre y aparece un joven resacoso que dormía dentro al que le piden que vaya a la tienda en la que trabaja en su día libre. Genial prólogo nos introduce en las 24 horas de un pobre sufridor cuya novia ha hecho 37 felaciones, tiene un curro monótono y un mejor amigo que más que ayudarle le mete en más problemas.
La comedia impregna todo el film gracias a unas conversaciones ácidas y banales que huelen al mejor Tarantino por los cuatro costados. Casi se podría decir que es un collage de cortos unidos por una leve historia general.

Escenas como la del representante de chicles que organiza una revuelta contra el tabaco, el accidente en el funeral, las menciones constantes al olor a betún o el hombre del cuarto de baño perduran en la memoria gracias a su sencillez y genialidad, y la introducción de las “mascotas” de Smith Jay & Bob el Silencioso, que estarán a lo largo de toda su filmografía, es también bastante notable, aunque podrían haberles dado algo más de protagonismo, ya que el espectador ansía continuamente su siguiente aparición.
En conclusión, una pequeña gran obra de arte en blanco y negro que inició la gran carrera de un director cansado de clichés americanos (aunque decepcionara considerablemente en Jersey Girl), y que incluye títulos tan notables como Mallrats y Clerks 2, interesantes como Dogma y Jay & Bob el silencioso contraatacan o la brillante Persiguiendo a Amy.
1 comentario:
¡Un clásico de los 90 sin duda alguna!
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