Crítica de Amaneció, lo nuevo de Boikot

Al madrileño grupo Boikot le encanta descubrir mundo. Si entre el 97 y el 99 se dedicaron a recorrerse Argentina, Cuba y México mientras grababan su antológica trilogía de La ruta del Ché, para su undécimo álbum ha decidido trasladarse hasta Mostar, en Bosnia, para engendrar este Amaneció, con el que rompen su silencio tras pasar cuatro años desde el potente Tus problemas crecen.

Desde que la banda formada por Alberto Pla, Kosta, Grass y Juankar tomara forma allá por 1987, la evolución musical ha sido constante y sorprendente, cada vez más enriquecida con nuevos sonidos y experiencias, pero sin perder el rumbo punk al que nos tienen acostumbrados.

Fijándose más en el estilo norteamericano de NOFX o Pennywise que en el que se hace en el país del Chikilicuatre, Boikot combina con maestría unas elaboradas melodías que suenan a ska, punk y rock balcánico con unas letras combativas que, aún siendo más comedidas que en el pasado, continúan dejando títere sin cabeza.

Pero ahora parece estar más festivos y abiertos a nuevas experiencias que narrar (no como Reincidentes, que se encuentran encerrados musicalmente y quejándose de lo mismo que hace 15 años), y por ello se agradecen canciones como “Juntos tú y yo”, “Madre” u “Hoy he vuelto a caer”. Concluyendo, un gran disco fruto de una sobresaliente evolución.