
Se trata de un desgarrador trabajo con la completa destrucción familiar que puede ocasionar la droga como telón de fondo. Sus dos protagonistas (la veterana Ana Wagener y Natalia Mateo) están inmejorables (¿por qué parece que se esfuercen más los intérpretes españoles en los metrajes de corta duración que en los largos?), además de haberse realizado un trabajo ejemplar tras la cámara por parte de Daniel Sánchez-Arévalo, quien posteriormente dirigió su ópera prima Azuloscurocasinegro y se encuentra filmando Gordos.
Cabe destacar que el tercer corto (tras ¡Gol! y Profilaxis) de Sánchez-Arévalo consiguió una nominación en la sobrevaloradísima entrega de los Goya de 2004. Los premios no aseguran la calidad (si no, miren la pesada y cansina Alatriste), pero sí pueden ser un indicador más a la hora de decidir qué visionar.
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