Nunca dejará de sorprenderme Nacho Vigalondo, uno de los directores con más pasión por el cine que ha dado España en mucho tiempo. De apariencia popera y desaliñada, gracia innata y presencia constante en los mass media, Vigalondo poco a poco está consiguiendo hacerse un hueco en la difícil industria cinematográfica patria.
Eso sí, pese a no ser debidamente reconocido dentro de nuestras fronteras, ya ha llegado su ópera prima Los Cronocrímenes con bastante reconocimiento a países como Reino Unido, Rusia, Australia, Nueva Zelanda, Francia o Alemania, consiguiendo incluso vender su idea para un futuro remake en tierras norteamericanas.
Su última muestra de genialidad es el corto Marisa, que realizó a propósito de la VII edición del Festival Jameson Notodofilmfest, del cual es el nuevo director.
Con su nuevo proyecto, Vigalondo abandona la ciencia ficción (que no su vena surrealista) y la comedia para adentrarse en el drama y el romanticismo.
Marisa representa el amor, o la idealista idea (valga la redundancia) del amor. Eso que todos buscamos a lo largo de nuestra vida sin prestar, a veces, atención a nuestros propios cambios internos. Eso que no responde a ninguna condición, tiempo o lugar, sino que siempre está ahí a la espera de ser descubierto, siempre que lleguemos a tiempo.
Para la realización del corto, Nacho contó con la participación de más de 100 chicas, a pesar de durar el trabajo 3:45 minutos. Espero que lo disfruten como yo lo he hecho.
Eso sí, pese a no ser debidamente reconocido dentro de nuestras fronteras, ya ha llegado su ópera prima Los Cronocrímenes con bastante reconocimiento a países como Reino Unido, Rusia, Australia, Nueva Zelanda, Francia o Alemania, consiguiendo incluso vender su idea para un futuro remake en tierras norteamericanas.
Su última muestra de genialidad es el corto Marisa, que realizó a propósito de la VII edición del Festival Jameson Notodofilmfest, del cual es el nuevo director.
Con su nuevo proyecto, Vigalondo abandona la ciencia ficción (que no su vena surrealista) y la comedia para adentrarse en el drama y el romanticismo.
Marisa representa el amor, o la idealista idea (valga la redundancia) del amor. Eso que todos buscamos a lo largo de nuestra vida sin prestar, a veces, atención a nuestros propios cambios internos. Eso que no responde a ninguna condición, tiempo o lugar, sino que siempre está ahí a la espera de ser descubierto, siempre que lleguemos a tiempo.
Para la realización del corto, Nacho contó con la participación de más de 100 chicas, a pesar de durar el trabajo 3:45 minutos. Espero que lo disfruten como yo lo he hecho.
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