19 marzo 2009

El curioso modus operandi de Bruce Gilden

El fotógrafo Bruce Gilden (Brooklyn, 1946) es uno de los retratadores de almas más importante de Estados Unidos. Desde que vio en 1968 la película Blow Up (Michelagelo Antonioni, 1966), el ahora miembro de la mítica agencia Magnum, decidió comprarse su primera cámara.

Considerado uno de los mejores fotógrafos de calle del mundo, su modus operandi es de lo más original: armado con una cámara y un flash electrónico, recorre las calles neoyorquinas en busca de retratos que le sugieran algo. Cuando los encuentra, no duda en hacer la foto para luego, si caso, preguntar si podía hacer una foto que ya ha sido capturada.

A continuación, su declaración de intenciones y el modo en que trabaja (otra cosa no, pero barato le sale).


La vida callejera de mi temprana infancia se mantuvo profundamente grabada en mi memoria, en blanco y negro, como las películas de la época. Como fotógrafo de escenas callejeras, me interesa cómo la gente comparte el mismo espacio abarrotado y reacciona ante las situaciones urbanas. Creo que los materiales en blanco y negro se acercan al máximo a la realidad de la calle. Al ir profundizando más y más en mi arte, decidí combinar el flash electrónico con la luz natural. Para mí es muy importante que mis personajes sean conscientes de mi presencia; el flash me permite simplificar las imágenes. El uso de una lente de 28mm me obliga a participar en la situación. Al no ser ya un observador, trabajo desde fuera como un participante más.

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