18 enero 2008

Elbicho VII, una maravilla

Después de varios post sobre el rap y sus tejemanejes, hoy toca hablar de otro género en auge en nuestro país, el flamenquito bohemio. Efectivamente, me refiero a esos grupos que fusionan todo lo habido y por haber en busca de un estilo único que los haga diferenciarse. Les reconocerán por sus ojos de "fumaos", una vestimenta entre hippie, modernita y circense y su actitud "progre" sobre todo tema social que esté de moda (eso sí, sin renunciar a una buena tajada por cada bolo, que emplearán para destrozar su cuerpo con todo tipo de estupefacientes y no para solucionar todas esas cuestiones que tanto denuncian).

Sus principales pilares (y a los cuales salvaría de la quema) son Ojos de Brujo, Canteca de Macao y de quienes voy a hablar ahora: elbicho. Este grupo, con más de seis años de carrera y liderado por el "culo inquieto" Miguel Campello, ha conseguido con tan sólo tres discos tener toda una legión de seguidores (y seguidoras que ansían que el cantante se rasgue la camiseta en cada concierto que van) a sus espaldas.

Su estilo...ufff... no es fácil defirnirlo. En su página web (en la cual puede escuchar su último trabajo al completo) afirman que la voz de Campello es "un híbrido entre Camarón y Robe Iniesta", todo un atropello contra los fans de ambos pilares de la música española. El tono vocal es suyo y punto, no se puede comparar. Demasiado gritón, brusco y rápido para los amantes del flamenco clásico, y excesivamente amanerado y aflamencado para los fervientes del rock. Eso sí, en la amplia franja intermedia sí que encuentra un público agradecido con sus rasgadas pero cuidadas cuerdas vocales.

Su último trabajo hasta la fecha, elbicho VII (que se preguntarán ¿por qué VII cuando sólo llevan tres discos editados? Yo pensé que eran porque el grupo lo conforman siete componentes, pero, de nuevo según su biografía oficial, la razón es que "el VII es un número mágico por diversas razones. Siete días de la semana, siete notas musicales, siete pecados capitales, siete colores del arco iris, siete cuerpos celestes que dan nombre a nuestros días. El VII es el resultado de la suma entre III (lo celeste) y IV (lo terrenal), un número perfecto que simboliza la relación entre lo humano y lo divino", una chorrada mayúscula para mear y no echar gota, pero allá ellos y sus bohemiadas), me parece una maravilla, tanto musical como líricamente. Han sabido encontrar el equilibrio adecuado entre lo instrumental y lo cantado, lo bailable y lo escuchable (salvo el inconexo truño de "Los rokipankis").

Les dejo con tres canciones de su nuevo álbum, cada una destacable por diferentes razones, aunque yo me detenga especialmente en la letra.

- De esconderse:
es el primer videoclip del CD. La letra es la más abstracta de las tres que comentaré, aunque quizá la que tiene una mayor fuerza musical, especialmente hacia el final. Según yo interpreto, versa sobre la drogadicción, el paso del tiempo y lo que se va dejando por el camino (aunque propongo más ideas, porque ya digo que muy comprensible no es, y está abierta a todo tipo de sugerencias).

Para ver la letra pulse aquí.

- De vivir: Este vídeo es una actuación dentro del nuevo programa de Buenafuente en La Sexta. Tiene otra lírica un tanto ambigüa que también se presta a la imaginación. Bajo mi punto de vista, trata de lo difícil que es pasar página ante los malos tragos, lo arduo que resulta dar un paso adelante cuando has sufrido un bache en tu camino vital. Pero, como todo tiene su aspecto positivo, la letra se torna a que lo importante es vivir, una buena bocanada de aire "y empecemos a ser lo que queramos ser, digámosle al mundo dónde vivimos".

Para ver la letra pulse aquí.


- De perder: ¿Quién no ha tenido a su lado a una persona (ya sea conocido, familiar o incluso pareja) cuya visión de todo lo que le acontece es negativo y va contra sí? Y encima no le basta con amargarse él, si no que te lo pretende transmitir a ti, y no para que busques soluciones, sino para que le sirvas como paño de lágrimas. Ya que sólo tenemos una vida (al menos demostrable), pues exprimámosla para sacar lo mejor de ella, joder. "Que no me cuentes tus penas, no me cuentes ni llantos ni palabras malas".

Para ver la letra pulse aquí.

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