Ración de ostias edulcoradas con moralina

Triunfa este film (que pasó con más pena que gloria por la cartelera de nuestro país) de uno de los protagonistas de Jackass, donde las ostias hacia su persona (y yo aseguraría que no hay dobles ni cuando golpean su tripa, cuando el cura cual Satanás le echa de la iglesia o los trompazos en las pruebas de los juegos olímpicos "especiales" (así lo denominan, qué le vamos a hacer)) son una simpática constante.

Haciendo de retrasado lo borda (y no se lo tomen como un insulto), pero cuando llegan las secuencias románticas... casi que lo metan en una jaula con un león de circo o le atropellen uno de esos encantadores toros de su Jackass 2 -eso sí que es un toreo en condiciones, en igualdad de ídem- porque al pobre todavía no se le ve en esos papeles de medio cursi-moralista-que-aprende-de-sus-errores-y-todo-sale-bien-los pájaros-pían-y-esas-movies.

A pesar de estos pelín sobraos comentarios, el resultado es bastante mejor de lo esperado y nos ayuda a ver un poco más de cerca el comportamiento de ese entrañable grupo que acompaña a Knoxville. Cine sencillo sin llegar a la simpleza producido por unos Farrelly más comedidos que en los desmadres de "Algo pasa con Mary" o "Dos tontos muy tontos", pero que consigue entretener a más de uno (este servidor) y les resultará indiferente a otros. Lástima por estos últimos.